I

Se despertó esa mañana sintiéndose algo extraña. Tenía la sensación de que algo iba a pasar. Algo nuevo, distinto para su monótona vida.

La luz que se colaba por la ventana de su cuarto le indicó que era iba a ser un día alegre. Un día que valiera la pena de ser vivido. La tibieza de ese rayo de sol le hizo dar escalofríos y tomando coraje, se enfrentó una vez más con su vida.

Se vistió de memoria, como solía hacerlo siempre. Camisa blanca, pantalón azul que cada día le quedaba más holgado, zapatos clásicos y camperita de hilo.
Siguiendo sus instintos, se cepilló su largo y lacio cabello una y otra vez. Si ese iba a ser un día especial, tenía que verse linda.

Se miró al espejo, observando cada detalle. No le desagradó lo que vio. Aunque sus ojos eran algo desproporcionadamente grandes para su cara; eran expresivos. De un verde intenso.
Su nariz era graciosa, “depresiva” como ella solía llamarla. La punta mirando un poco hacia abajo y las aletas laterales estaban colocadas algo más arriba de lo normal; y cuando reía formaban una perfecta V. Pero ya no reía con frecuencia.
La boca completaba esa cara pálida y angulosa que alguna vez fue lozana. Era una boca carnosa, más de una vez besada. Dándose aliento se sonrió y la remarcó con labial.

Ese iba a ser un día distinto. Estaba segura de ello. Y salió hacia su trabajo.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

espero que con el correr del tiempo mejores tu vision de tu vida porque de seguir asi vas a terminar como alguna de las representantes tragicas de tu familia (algunas nonagenarias y otras no tanto)

daniel dijo...

la descripcion de la chica es identica a la de una reina elfa, faltó la descripcion de las orejas para estar mas seguro :)